jueves, 25 de marzo de 2010

Título aleatorio


Por que lo hago si sé que no debo, porqué dudo de mis certezas, porqué motivo perdí el norte, o mejor dicho, en que momento. He cambiado y eso me aterra little, te das cuenta? hace meses que no escribo aquí, he perdido la ilusión por tantas cosas, creo conocer el motivo, podría erradicarlo, pero no quiero. Me he distanciado de tantas cosas, hice lo que siempre dije que no haría, y eso me duele, mis principios no han cambiado, sigo siendo la misma, pero sí mis motivaciones. Ya siento no vivir cada momento como si fuera tan único como debería, no le doy la importancia que merece a cada minuto, me preocupo por nimiedades e intento arreglarlo con tonterías, lo peor es que funciona. ¿Es que nadie se da cuenta? Pensé que mucha gente lo haría, pero no ha sido así, sólo ha habido una persona que se dio cuenta de mis cambios, y por ello, ahora la aprecio más que nunca, supongo que eso es muy egoísta.
Pero sin embargo, creo que precisamente gracias a eso, he descubierto algunas de las misiones que debo realizar en este mundo, en esta vida, resultan apasionantes espero estar a la altura y ¿sabes qué? es todo gracias a ti, tú y sólo tú eres la respuesta, el mundo y tu, por eso tenías que ser un secreto, por eso nadie podía saber de ti, sabía que en algún momento necesitaria tu anónima identidad, pero no sabía cuando, y ese cuando es ahora.
No es una compensación, es una necesidad propia.
Puede ser una forma de salir de mi agujero, de manera discreta, porque creo que cada vez se está cerando más el borde del hollo, y si continúa así, si pierdo el último haz de luz de vista y me quedo aquí encerrada, no sé cómo saldré de nuevo, no es el primero en el que caigo. El dolor que produjeron en mí los otros los mitigó el tiempo, pero ahora mismo si hay algo que no tengo es tiempo. El dolor, como una droga, a la que mi corazón se vuelve adicto, cada vez un poco más, y llegó un momento, no sé cuando exactamente, en el que perdí el control, en el que mi bombeador se rindió a lo que no debía, rompí mi promesa y ahora me pregunto cuántas veces puede partirse un corazón, ¿cuántas veces se le puede romper, decepcionar y estrangular,exigiéndole aún así que siga latiendo?
Creo que pronto lo averiguaré y oh Dios... no sabes cuntísimo miedo tengo de comprobarlo, pavor, terror, histeria y éxtasis.
Amo esta situación, la tengo como imprescindible, y es por eso, que está condenada a extinguirse en poco tiempo. Como dijo un amigo mío, (no de cosache, sino de recolecta):

"Fuera del mundo de los sueños la vida puede ser dura, incluso cruel, pero es vida" (Auron)

esto es vida, gracias al perro taquero =)

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